Montag, 24. Januar 2011

El album de los recuerdos - Villa del Cerro (2a parte) Escuela de especialidades de la armada - Ajuste de cuentas (15)

Habia llegado el dia en que tenia que rendir mi examen de ingreso en la Escuela de la marina, como yo me habia preparado muy bien no tenia la menor duda de que lo iba a conseguir, pero se trataba de sacar una nota alta para poder elegir la especialidad que yo queria estudiar, radiotelegrafia. El examen de ingreso se llevaba a cabo en las instalaciones de la propia escuela asi que pude observar con detalle el lugar que iba a ser mi domicilio durante un largo año. Un oficial nos traslado a todos los aspirantes a un salon muy grande con pupitres personales para cada alumno.  Nos entregaron a cada uno un block de hojas que contenian todo el material del cual se componia el examen. Habian pasado unas 2 horas, cuando despues de leer y releer mis hojas y comprobar que todo estaba en condiciones y no me habia olvidado de ninguna pregunta me dirigi al oficial y le entregue mi examen, el me indico que los resultados y las notas las iban a dar al otro dia, asi que ya me podia ir para casa, asi lo hice pero no antes de  recorrer las instalaciones de la escuela nuevamente, observando todo esta vez   de forma mas objetiva. El lugar donde se encontraba la escuela era una punta de mar llamada Punta de Lobos y tambien habia un astillero de la armada donde se reparaban los barcos de la marina, recuerdo que ese dia habia un guardacostas que entraba en el dique y me quede  un buen rato mirando las maniobras, luego me fui caminando hasta la parada del autobus para volver a casa. Un dia despues a las 09.00 de la mañana me encontraba otra vez en la escuela para recibir los resultados de los examenes, cuando me toco el turno a mi y el oficial me dijo que habia conseguido la matriculacion en la especialidad de radiotelegrafia, pude suspirar aliviado, por lo menos las muchas horas que habia empleado en prepararme con el Sr. Labat no habian sido en vano. Mi padre tambien se alegro mucho de que lo hubiera conseguido y yo trate de de disfrutar mis ultimos dias en "libertad" porque al lunes siguiente a las 08.00 de la mañana tenia que ingresar a la escuela de la armada.Por la tarde me fui a visitar a mi novia, Rosa, y le conte lo acontecido, ella tambien se alegro pero me hizo saber que  habia vivido un hogar donde su padre navego y lo veia pocas veces en casa y que por esa razon no le entusiasmaba nada esa idea de la marina, yo trate de consolarla diciendole que seria solo por un tiempo hasta que aprendiera bien mi estudio y poderlo utilizar en la vida civil sin necesidad de salir a navegar, en esos dias ya habia logrado conquistar el corazon de Rosa y ya formalmente eramos novios. No perdiamos ninguna oportunidad para estar juntos y tanto ella como yo sabiamos que una vez que yo ingresara en la marina esa vida se iba a acabar.
Y llego el lunes,era una mañana calurosa de julio del '57,  estabamos todos los que ibamos a ingresar reunidos en la plaza de armas de la escuela, eramos un total de mas de 100 muchachos que por  diferentes razones la vida nos habia juntado alli, y otra vez el destino me junto con un antiguo compañero de los talleres de don Bosco, a pocos metros mios se encontraba el negrito Silva y en cuanto nos reconocimos empezamos a charlar amigablemente y a recordar viejos tiempos, de repente se nos acerco un oficial y con voz firme nos indico que teniamos que formar en la plaza de armas, Silva y yo nos miramos,  nos dimos cuenta que  esa no era la escuela de curas, una vez formados pero todavia sin uniformes un oficial nos dirigio la palabra, y en ese momento entendimos que dejabamos de ser civiles para convertirnos en militares, nadie ya te pedia por favor sino que te daba ordenes. Luego de la arenga del oficial instructor nos dirigimos  en fila a un almacen muy grande donde nos entregaron todo lo que ibamos a utilizar en el futuro, desde los uniformes, zapatos,  bandeja,  cubiertos y un fusil Springfield de 43mm  con bayoneta y correaje, eso si, sin balas.  Luego nos llevaron a los alojamientos, el dormitorio era inmenso y habia camas cuchetas a lo largo  de los cerca de 100 metros que media la construccion, al lado de cada cama habia un cajon donde se podian guardar todos los utensilios y cada ocupante de las camas tenia uno. Con 18 años recien cumplidos vivia todo con una atmosfera de aventura, pero en mi interior sabia que comenzaba una experiencia en mi vida que no se comparaba con nada de lo que habia vivido hasta ahora,del muchacho de barrio que en lo unico que pensaba era en ir a visitar su novia, jugar al futbol y estar en la esquina del barrio con los amigos quedaba poco, al verme firme formando en la plaza de armas uniformado de marinero
(Continua)

1 Kommentar:

  1. Que ganas que tenia de que te animaras y empezaras otra vez.....sigue así !!!! Me encanta !!! Besos, Alex

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