Israel no es culpable
Israel no es culpable de las muertes tras el asalto a la llamada Flotilla de la Paz en mayo pasado. Quien lo dice: Israel, obviamente.
Israel ha hecho público el resultado del informe sobre su propia investigación. La conclusión: ni el gobierno ni los soldados israelíes, son responsables de los nueve muertos, de los centenares de detenidos, del robo de su material informativo, del hurto de los objetos personales de quienes viajaban en aquellos barcos. Según el informe el asalto israelí en aguas internacionales fue “legal”. También fueron legales, para Israel, las muertes y todo lo demás.
Déjenme que recurra a la ironía: las conclusiones de la llamada “investigación” israelí me hacen pensar que quienes mataron a los nueve activistas turcos, quienes asaltaron los barcos, quienes robaron todo lo que encontraron fueron extraterrestres que aparecieron de repente en pleno mar Mediterráneo y, tras perpetrar el asalto, desaparecieron por arte de magia.
Pero para llegar a esta conclusión, una vez más, las instituciones israelíes podían haberse ahorrado el montaje, el paripé, la estulticia de su explicación. Hay una tendencia que se repite sistemáticamente con los gobiernos israelíes y es aquella de creer que el resto de los seres humanos somos estúpidos. En los cuatro años que vivé en Jerusalén, en los muchos más años que viajé por Israel y Palestina, por los territorios ocupados, asistí varias veces al hipócrita juego de decir que se iban a investigar los crímenes cometidos. Luego el resultado de la investigación siempre era invariablemente el mismo: los soldados israelíes nunca eran culpables. Cuando mataban a niños de diez o doce años, llegaban a la conclusión de que los soldados habían actuado en legítima defensa.
Ahora es lo mismo. Los comandos israelíes que asaltaron la flotilla que se dirigía a Gaza actuaron (perdonen de nuevo la ironía) contra una pavorosa y apocalíptica fuerza que poco menos iba a invadir y a poner en peligro la vida de millones de israelíes. Pero una vez más lo que resulta más indignante no es la conducta criminal, asesina, vesánica del gobierno israelí, de sus jueces (que jamás aplican la justicia), de sus militares entrenados para robar y matar. Lo que más indigna es el silencio cómplice de quienes podían hacer algo y no lo hacen, o sea, la Unión Europea y Estados Unidos. Una vez más Israel no es culpable, los verdaderos culpables somos los europeos y los estadounidenses.
fran.sevilla@rtvel.es
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